sábado, 22 de enero de 2011


¿ Recuerdas el día en que me invitaste a bailar?
El día era soleado pero el frío se caló en mis huesos. Si, esos que siempre tiritan ante tu presencia, que se quieren revelar, que se quieren infiltrar en lo más profundo, en lo más bonito de ti.
Soplaba en viento y con él se fueron todos mis miedos, mis angustias y con ellas, mi soledad. Soledad de piernas largas a la que tantas noches deseo sustituir por tu presencia. Por tu respiración profunda pero tranquila, por tus manos y tus ojos.
Me sacaste a bailar, y POR BAILE ENTIENDO SUEÑO. Ese al que tanto te le pareces.
Círculo.

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